14 de octubre de 2010

Las avispas de Rodanas

Lugar: Rodanas, comedor al aire libre. Hora: las 13:45. Día: domingo de verano, sol abrasador y brisa cálida. Situación: grupo de amigos preparando una parrillada a base de ternasco de Aragón, longaniza y morcilla con piñones. La mesa está preparada, vino de Cariñena, refrescos bien fríos y ensalada ilustrada con olivas negras.
La alegría invade a los presentes, con ganas de pasar un buen rato, charlar, cantar alguna jotica a la Virgen, contar chistes, hacer risas, recordar viejos tiempos, contar planes de futuro y dar soluciones de café y sobremesa a los grandes problemas del mundo.
En este marco perfecto, irrumpen primero una y después otra y luego otra más, así hasta perder la cuenta, unas molestas avispas que se sienten fuertemente atraídas por el olor de la carne fresca. Directas al plato, a comer ternasco sin pedir permiso ni haber sido invitadas. Grito, susto, manos que tratan de espantarla, temor a ser picados, avispa que se va, avispa que regresa, terca, al plato de nuevo, ahora por la morcilla, más avispas invasoras. ¿Avispas invasoras? Estamos en el campo ¡leches! Si no quieres avispas paga un restaurante o quédate en casa. Los invasores somos nosotros que vamos al campo, a su terreno, a su entorno, junto a su casa, a comernos el ternasco que nos da la naturaleza. Además de invasores, somos destructores de esta naturaleza. Tiramos botellas y latas en el monte, gastamos agua sin reparos, o usamos el coche cuando podemos ir en autobús o tren, por no hablar de la contaminación a gran escala. Somos animales, igual que las avispas y hemos de convivir con ellas, a no ser que queramos echar insecticida sobre la morcilla y la longaniza. Que nadie se asuste, pues, más de la cuenta, de las avispas de Rodanas.
Foto y relato enviado por internauta anónimo.

2 comentarios: