10 de noviembre de 2010

Rodanas en "Desnudos bajo la tormenta"

El Santuario de Nuestra Señora de Rodanas, ermita donde los lugareños veneran a la Virgen de Rodanas, se encuentra ubicado entre montes de pinos, aulagas, tomillo y ontina. La fragancia que emerge de tan agreste combinación es un placer para el sentido olfativo, conservándose en la suela del calzado durante mucho tiempo como melancólico recuerdo de tan bello paraje. Olivos centenarios donde apoyar el cansado cuerpo, serenar el alma y disfrutar de su sombra. Un merendero-bar llevado por los santeros donde degustar suculentas chuletas de cordero a la brasa, conejos con ali-olí, paellas y demás manjares aragoneses. Sencillos y humildes platos que llenos de amor salen de las expertas manos de la familia Hnos. Andrés para solaz del caminante peregrino o del automovilista dominguero. Montes de un color rojizo cuyas losas son valorados en la construcción de chales rústicos. Consta su configuración de una ermita central construida a principios del siglo XVIII y dos naves colindantes que le dan forma al conjunto urbano de” U” invertida. Estas naves de altos techos y dos alturas fueron construidas en un principio para albergar a los devotos peregrinos. Según consta en los anales de su historia, sus milagros son incontables y de ello deriva la veneración y devoción que los lugareños sienten por tan querida imagen. Con el paso del tiempo tal habitáculos para peregrinos fueron divididos en “cocinas” que es como se les denominan en el lugar, siendo solicitadas en arriendo por familias para subir los fines de semana o periodos vacacionales. En la actualidad, dada la fuerte demanda, también se construyo una urbanización de chales. Lejos de desentonar con el paisaje, forma parte de él, embelleciéndolo con su acertada arquitectura y el uso de materiales de la propia tierra. Siendo sus moradores gente amante de la naturaleza y campechana, siempre dispuesta a ofrecer un vaso de vino al caminante y a la charla llana junto el fuego, pronto se ganaron la amistad y el respeto de las gentes del lugar, formando como una gran familia unida por el amor a tan privilegiado paisaje. Llegado el tiempo de las vacaciones se encargaban de organizar actos religiosos y profanos juegos rurales, verbenas y otras actividades festivas. Con el fin noble y sencillo de pasar un buen rato lejos del mundanal ruido con sus dosis de locura capitalina.

Manuel Sáenz (Épila, Zaragoza, 1.960) escribió en 2.008 "Desnudos bajo la tormenta", 225 páginas para disfrutar de principio a fin. Desde el blog de Rodanas, como no podía ser de otra manera, hacemos mención a la página donde Manuel Sáenz describe Rodanas, y que hoy publicamos aquí. Manuel Sáenz viene descrito como "Irreverente, repele por hipócritas los planteamientos del pensamiento único. Rebelde a un destino preconcebido, sigue los mandatos de su corazón.
En la actualidad reside en la Isla de Formentera y es el primer seguidor del blog de Rodanas.

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