20 de mayo de 2010

Milagro en Rodanas

"Numerosos son los milagros de Nuestra Señora de Rodanas. Sólo citaremos el declarado por el arzobispado de Zaragoza, el señor Ibáñez de la Riba. En 1688 fue en peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Rodanas, el canónigo de la santa iglesia metropolitana de Zaragoza, Don Pedro Azlor, quien tomó del altar de la Virgen un clavel seco, de las muchas flores con que los devotos obsequian a su Patrona.

Este clavel lo introdujo en una bolsita en la que portaba una reliquia encerrada en una caja de cristal, del papa Inocencio XI; de nuevo regresó a la ciudad del Pilar y trancurridos algunos días abrió la bolsita de la reliquia y comprobó con gran asombro que el clavel seco había penetrado a través del cristal para unirse a la reliquia, teniendo todos sus pétalos abiertos sobre la reliquia del santo papa.

Este relicario, tras haber sido declarado por el citado arzobispo cesaraugustano, como cosa sobrenatural, y milagro muy singular de Nuestra Señora, quedó en casa de los Condes de Guara, para de esta forma predicar constantemente los muchos prodigios obrados por Nuestra Señora de Rodanas.

Es digna de recuerdo una reliquia singular que, según una antigua tradición, se refiera a un cántaro que manaba aceite con el que se aliviaban muchas enfermedades. Dejó de manar el año 1700, según decían porque un hombre indigno se valió de él para alguna superstición."
Extracto literal del libro “Guía para visitar los Santuarios Marianos de Aragón – María en los pueblos de España”, de Encuentro Ediciones, 1996. Página 77.

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